El título de este libro -el último publicado en vida del autor- encabeza también la primera de las tres partes en que se divide: Música para camaleones, Ataúdes tallados a mano y Conversaciones y retratos. La obra se estrena con un prefacio digno de releer, donde en apenas cuatro páginas Capote retrata su evolución artística desde la infancia. El autor ahonda en la incansable búsqueda del realismo más sencillo y claro, combinando todas las formas literarias en su trabajo, un camino que provocó el género literario de “novela real”, donde perseguía ese “periodismo como forma artística propiamente dicha” como escritor y periodista que era. El libro es una demostración de dicha maestría: Truman Capote, a través de estas piezas de ficción, autobiográficas, no ficción y relatos en primera persona, emprende un viaje donde presta sus ojos y su pensamiento hablado al lector, e infunde a las páginas un palpitante realismo en el que consigue sentar al lector en el asiento del copiloto durante todo el viaje.
La primera parte consta de seis piezas breves de diferentes ritmos y frescura en sus descripciones, en las que se puede apreciar el disfrute del autor por no dejarse un detalle. El autor inicia un baile de vivencias reales desde su visión íntima, observadora y reflexiva. La segunda parte la ocupa la novela corta Ataúdes tallados a mano. Esta narración verídica de un asesino en serie recuerda a la publicación diez años antes de su libro A sangre fría (1966), para la que empleó seis años de investigación y trabajo de escritura en Kansas.
Si bien a lo largo de esta obra predomina la primera persona en su narración- él mismo cuenta lo mucho que le costó desprenderse de ella para ser objetivo en A sangre fría– el libro es en sí mismo un espacio donde Truman Capote habla de multitud de personas y personajes a quienes también deja hablar, como en una grabación escrita. El diálogo cobra especial protagonismo en la última y tercera parte del libro que consta de siete retratos y conversaciones. El autor rompe el párrafo en diálogos que acercan al lector a una vivaracha Marylin Monroe en las calles de Nueva York, su empleada doméstica y amiga Mary Sánchez o su otro colega George Claxton, caído en desgracia por la bebida, entre tantos. Siempre encabeza estos encuentros con fechas, lugares y brinda palabras transcritas en una pulcritud periodística que se envuelve en papel de relato. Sus piezas se hacen más breves aún de lo que ya son y hacen que el lector se pregunte por ellos: “Qué sería de…” como una conversación que se ha quedado a medias. Truman Capote hace uso de las últimas páginas del libro para despedirse, de la noche y la vida en un íntimo diálogo consigo mismo, turbulento y descarnado en su sinceridad, de donde saldría la conocida declaración del autor: “Soy alcohólico. Soy homosexual. Soy drogadicto. Soy un genio”
Os dejo un fragmento del relato Deslumbramiento, de la primera parte del libro:
Ella me fascinaba. Fascinaba a todo el mundo, pero la mayoría de la gente se avergonzaba de ello, en especial las altivas damas que gobernaban algunas de las casas más suntuosas del Garden District de Nueva Orleans, el barrio en el que vivían los propietarios de las grandes plantaciones, los armadores, los empresarios del petróleo y los más ricos hombres de carrera.
Truman Streckfus Persons (Truman Capote, Nueva Orleans 1924- Los Ángeles 1984) fue uno de los escritores norteamericanos más influyentes del siglo XX. Periodista y escritor, es autor de grandes obras como Desayuno en Tiffany’s(1958) y A Sangre Fría(1966).
MLC
DATOS DEL LIBRO
Título: Música para Camaleones
Autor: Truman Capote
Traducción: Benito Gómez Ibáñez
Nº de páginas: 288
Precio: 9,90€
Editorial: Anagrama
ISBN: 9788433914361
¡Parece genial!
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