He disfrutado mucho leyendo esta novela. Hacía tiempo que buscaba una buena historia a la que engancharme, que tuviera cierta profundidad pero no fuera demasiado complicada en la lectura. Esta obra ha colmado mis expectativas, con el plus de que es una sátira, por lo que me lo he pasado bastante bien. Si conectáis con el sentido del humor anglosajón, os lo recomiendo. El protagonista es un ser estrafalario que pone patas arriba los ideales de la “Alegre Inglaterra”, en medio de un contexto universitario que, pese a situarse en la década de los cincuenta, me ha recordado mucho al ambiente actual.
El protagonista, James Dixon (Jim), acaba de terminar el doctorado en Historia Medieval y aspira a conseguir una plaza en una de las universidades de provincia de Inglaterra. El autor de la novela, Kingsley Amis, no va con medias tintas al mostrarnos cómo es este sujeto: bastante pusilánime, holgazán y desafortunado en el amor. Reconozco que al principio no conecté mucho con él. Pero Amis maneja la psicología de los personajes con gran habilidad, ya que al narrar la historia en primera persona te va desvelando por qué Jim es como es. Jim no soporta su entorno, pero se aferra desesperadamente a él porque no tiene nada más. Solo puede fingir y contenerse, y cuanto más lo hace, más disparatadas son las parodias que imagina en su cabeza y las estrategias que trama para no delatarse ante el catedrático del que depende su futuro profesional y la familia de éste. El teatro de Jim, sin embargo, comenzará a resquebrajarse cuando aparezca Christine, la única con la que puede ser él mismo (y dar lo mejor de sí, por otro lado).
Lo que más me ha gustado de la historia es cómo desmonta prejuicios y la sátira de un ambiente académico donde solo importa mantener las apariencias y guardar las tradiciones porque sí, sin más fundamento. Creo que Amis nos quiere decir que Jim es un bicho raro entre académicos, efectivamente, y en realidad lo será allá donde vaya, pero es un personaje fiel a sí mismo y con más principios que los que le señalan.
―¿Tiene alguna idea en mente, señor? ―curioseó Michie mientras caminaban cuesta abajo hacia la carretera de la universidad.
A Dixon [Jim] sí le importó, pero no le quedaba otra que responder:
―Creo, en fin, que el énfasis principal redundará en lo social ―dijo, procurando hacer un esfuerzo para evitar el nombre oficial de la asignatura: “Vida y Cultura en la Edad Media”―. Quizá comience con un debate sobre la universidad y su función social, por ejemplo- añadió. En cierto modo, le consoló ser consciente de que su respuesta no significada nada en absoluto.
―¿Puedo deducir de sus palabras que no tratará la escolástica?
Esta pregunta le hizo recordar a Dixon por qué debía guardar las distancias y mantener a ese individuo lejos de su asignatura. Michie sabía demasiado, o al menos parecía saberlo, lo mismo daba. Una de las cosas que sabía, o parecía saber, era el significado de la palabra “escolástica”. El propio Dixon leía, oía, y utilizaba el palabro una docena de veces al día sin tener ni idea
Por último, creo que la editorial ha hecho un gran trabajo en la edición y la traducción de la novela.

Sir Kingsley Amis
Sir Kingsley Amis nació en 1922 en el sur de Londres. Estudió en Oxford, y más tarde llegaría a ser catedrático en las universidades de Swansea y de Cambridge. Empezó su carrera literaria como poeta, aunque lo que le llevaría a la fama, en 1954, fue la publicación de su primera novela, Lucky Jim (galardonada con el Premio Somerset Maugham).
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DATOS DEL LIBRO:
Título – Lucky Jim
Autor – Sir Kingsley Amis
Editorial – Impedimenta
Páginas: 377
Precio: 22,95 €
ISBN: 978-84-17115-41-8
Fecha de publicación – 1º publicación: 1954. Reedición: febrero de 2018