Han transcurrido casi dos mil años de la pasión de Jesús de Nazaret y, desde entonces, esta no ha dejado de atraer todo tipo de miradas. Hay quienes se han visto movidos a pintar frescos, esculpir cuerpos llagados en mármol, filmar películas o escribir poesía. Tal es el caso del Libro de la Pasión de José Miguel Ibañez Langlois, un poemario que ahonda en estos episodios desde una perspectiva original, tanto por el uso del verso libre y la ausencia de puntuación como por las inesperadas conexiones que se descubren en sus páginas. “Y quién dicen los hombres que es el Hijo del hombre…”, sus versos son una respuesta a esta pregunta de Jesús a sus discípulos, hilvanada en el mismo lenguaje poético que había echado a volar tan increíbles parábolas.
La originalidad de este libro viene también de su planteamiento radical: para el autor, que es sacerdote católico, la pasión de Jesús y su posterior resurrección es el centro de gravedad del curso de la historia. Es lo más real que jamás ha acontecido en ella; y si no es real, entonces nada lo es. “La pasión y muerte y resurrección de Cristo / es lo único que ha ocurrido en la historia de la humanidad / lo único en la historia de la creación…”, escribe. Ibañez Langlois no solo se refiere a la índole histórica de este acontecimiento sino, sobre todo, a su carácter ontológico; es algo que ha trastocado para siempre el ser de todas las cosas: “… alumbró todas las cosas por el interior”.
Según este sentido, procedente de la fe, la pasión de Jesús tuvo lugar en la historia y, al mismo tiempo, fuera de ella: pues quien la padeció, hombre y Dios, estaba dentro y fuera del tiempo. Esta confluencia de tiempo y eternidad se advierte en algunos versos memorables, que describen la pasión como un abismo en el que se precipitan todos los siglos: “… el universo contiene la respiración / a la historia también se le ha entrado el habla / solo se escucha el viento por los trigales y por las viñas / solo se oye la rotación de todos los planetas / Jesús está temblando en su devorado ser / el sacrificio de la cruz inicia su peregrinar de siglos hasta el fin del mundo”.

Detalle del Descendimiento de Rogier van der Weyden (ca. 1435)
“Y quién decís vosotros que soy yo…”. Esta segunda pregunta de Jesús a los discípulos la toma el poeta como una invitación a sacar la cabeza de tantas honduras teóricas y buscar la mirada de Jesús de Nazaret: “… y quién no hubiera amado esos ojos que parecían la eternidad mirando”, dicen las palabras puestas por el poeta en boca de un Judas dubitativo. De este modo da a entender cómo el meollo del cristianismo no está en desarrollar bellas especulaciones sobre el orden del cosmos, sino en el encuentro con una persona. Así lo refleja este fragmento, sobre el apóstol Andrés en la Última Cena:
… y cuando ya instalado en Israel
creía disfrutar de todos los gozos del paso pascual
miren por dónde vengo a saber que no he llegado nunca
que esta tierra pascual donde pisaba tierra segura
no es tierra ni es segura ni es libertad ni estuve jamás en ella
porque era una pura imagen un sueño profético
del viaje que esta noche vamos a emprender
el viaje de la libertad se hará por el tiempo
ah el futuro más difícil de atravesar que los mares y los desiertos
pasaremos por siglos donde nunca estuvimos
llegaremos a siglos donde siempre moramos
no me pregunten cuál es el camino porque
el camino anda suelto en todas partes y
todo ahora es camino y
la partida el camino la llegada
es Jesús es Jesús es Jesús.
José Miguel Ibáñez Langlois es sacerdote, poeta, filósofo y crítico literario. Entre sus muchos libros de poesía destaco este Libro de la Pasión, publicado por primera vez en 1987, y su ingeniosa Historia de la filosofía en verso, de 1983.
Palzol (Pablo Alzola)
DATOS DEL LIBRO
Título – Libro de la Pasión
Autor – José Miguel Ibáñez Langlois
Nº de páginas – 144
Precio – 14 euros
Editorial – Rialp
Lugar y año de publicación – Madrid, 2015 (4ª edición)
ISBN – 978-84-321-4478-3