Hoy os traigo una historia escrita en 1953 por un periodista madrileño. Convertida en relato popular y merecedora de premios de literatura infantil en España, traspasó fronteras gracias a la película protagonizada por el niño Pablo Calvo y dirigida por Ladislao Vadja en 1954.
La adaptación al cine trae ciertos detalles no presentes en la historia original, pero respeta su esencia. El relato no es gran cosa en extensión, y lo que me gustaría destacar es la humildad percibida, no sólo en lo que se cuenta sino además en cómo se cuenta.

La humildad de los hombres de Dios que hacen surgir, con su trabajo de años, un lugar digno para vivir a partir de unas antiguas ruinas. Su vida en comunidad se caracteriza por la reciedumbre y la oración. En medio de ella, un hecho inesperado les regala el poder vivir algo que los votos religiosos normalmente impiden: el abandono de un recién nacido en la puerta del convento.
Los frailes, tras tratar de encontrar un hogar más adecuado, se verán en la tesitura de tener que ejercer, a su manera, de madres y padres a tiempo parcial, a la vez que sacan adelante sus labores diarias para con el convento. Y así, en medio de todos ellos, un niño va creciendo curioso, alegre y travieso, con un gato y un amigo imaginario como compañeros de juegos. La vida de Marcelino está llena de descubrimientos asombrosos.
Y, en estas, un descubrimiento, un misterio, un encuentro que hace brotar una relación de amistad sincera, entrañable, sencilla y desprendida. Y una moraleja interna, clara, nítida, que huye de los grandes planteamientos teóricos de la relación con lo sobrenatural y señala a la inocencia y la pureza de espíritu como puerta hacia Dios.
Os dejo un fragmento:
– ¿Tú tienes madre?
– Sí, repuso Aquél.
-¿Y dónde está? – preguntó Marcelino.
– Con la tuya – dijo Jesús.
– ¿Y cómo son las madres? – interrogó el niño-. Yo siempre he pensado en la mía y lo que más me gustaría de todo sería verla aunque fuera un momento.
Entonces el Señor le explicó cómo eran las madres. Y le dijo cómo eran de dulces y de bellas. Y cómo querían a sus hijos siempre y de que se quitaban las cosas de comer para dárselas a ellos.
José María Sánchez-Silva (Madrid, 1911) trabajó como periodista en la Agencia Logos y al diario Arriba. Obtiene el Premio Nacional de Literatura en 1943 y en 1956, el Premio Mariano Cavia del diario ABC (1947) y el Andersen (1968). Sánchez-Silva creía que la literatura Infantil, para probar su calidad, debía interesar también a los mayores. La burrita «Non», fábula que acompaña al relato principal de esta edición, está escrita al amparo de Platero de Juan Ramón Jiménez «para niños, hombres y animales.»
CSDL
Datos del libro
Título: Marcelino Pan y Vino / La burrita «Non»
Autor: José María Sánchez-Silva
Páginas: 70
Precio: 2ª mano, precios variables.
Editorial: Austral
Año de publicación: 1953
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