Oí por primera vez el nombre de Roald Dahl hace ya años, en Primaria, cuando un profesor empezó a leernos un capítulo de Charlie y la fábrica de chocolate al final de sus clases. No recuerdo si a mis compañeros de clase les gustaba aquel libro o no, estábamos en esa edad en la que empezamos a dejar cosas atrás, entre ellas la capacidad de asombro que nos poseía cuando teníamos cuatro o cinco años.
Saber acerca de Willy Wonka y la misteriosa fábrica de chocolate era algo fantástico; como un hechizo, como asistir a un hecho fascinante con el poder de retenernos en la infancia.
Años más tarde cayeron en mis manos sus Relatos escalofriantes, y, aunque el ingenio de Dahl demostraba seguir intacto, aquellos relatos me sorprendieron por su cambio de registro, por su oscuridad. Me resultaba difícil asimilar cómo alguien capaz de inventar a Willy Wonka y a Charlie podía escribir un relato como Pata de cordero o El tatuaje. Pero así era, Dahl era, es, un escritor con muchas caras.
Ahora, tras terminar esta antología titulada Historias extraordinarias, vuelvo a encontrarme con el Dahl adherido a mi recuerdo de infancia en el colegio. He vuelto a toparme con el escritor de ficción inteligente, narrador de sorpresas, entretenido e imprevisible, tan diferente a todo lo que he leído hasta ahora.
En este conjunto de historias se incluye el periplo vital de Dahl hasta hacerse escritor, junto con su primer relato, podríamos decir que escrito de casualidad. Tras dejar sus estudios en Inglaterra, el genial escritor galés, que entonces no sospechaba que lo era, fue contratado por la compañía Shell. Por este motivo se traslada a trabajar a Tanganika (África Oriental). Allí le sorprendió la II Guerra Mundial. Cosas de la vida, Dahl acabaría siendo piloto de la Royal Air Force (RAF), donde combatió a las tropas nazis en Egipto, Libia y Grecia, en ocasiones salvando la vida de milagro. Después narra cómo empezó a escribir, pero esa parte, no menos interesante, se la dejamos al lector.
Un narrador de ficción diferente a todos los demás
Narrar sucesos fantásticos no es fácil, porque el lector, por lo general, o bien entiende que todo en el relato es fantástico, o bien asume que nada lo es. De alguna forma está esperando a ser convencido, introducido en la historia. Por eso creo que apostar por un relato fantástico, imposible e irreal, y narrarlo disfrazándolo de realidad hasta el punto de que el lector acepte las condiciones, es algo de mucho mérito. Dahl imagina y derriba las barreras de lo imposible sin que el lector le tilde de lunático barato (véase El cisne o El chico que hablaba con los animales). Es sencillamente genial. En algún lugar he leído describir su estilo como «ligero», y creo que es ciertamente así, pero nunca en el sentido peyorativo. Es ligero en cuanto alejado de los obstáculos, en cuanto a que éste hace fluir el relato de manera continua, rápida y limpiamente. A eso hay que sumarle el excelente sentido del humor, la imaginación infinita y líricamente tan bella a veces, su capacidad de sorprender hasta al lector más avezado.
Contar historias como lo hacía Dahl es como un don; para mí consiste en tener esa habilidad para, de manera natural, narrar con esa voz cercana y agradable que suena desde la butaca, junto al fuego en un día de invierno, mientras escuchamos sentados en la alfombra, y somos transportados tan, tan lejos que no queremos regresar.
Os dejo un fragmento
«Ahí debe ser donde empieza la noche», pensé. Y una vez más traté de detenerme pero no pude. Mis piernas empezaron a correr más aprisa hacia el acantilado y empezaron a dar zancadas más grandes y alargué las manos hacia abajo y traté de detenerlas tirando de la tela de mis pantalones, pero no dio resultado; entonces intenté caerme. Pero mis piernas eran ágiles y cada vez que me arrojaba al suelo aterrizaba sobre la punta de los pies y seguía corriendo. El acantilado y la oscuridad ya estaban mucho más cerca y me daba cuenta de que, a no ser que me detuviera rápidamente, caería al vacío. Una vez más intenté arrojarme al suelo y una vez más aterricé sobre la punta de los pies y continué corriendo.
Fragmento del relato Pan comido
CSDL
Enlaces de interés
Tatuaje – incluido en Relatos escalofriantes
Pagina web oficial sobre el escritor
DATOS DEL LIBRO
Título – Historias extraordinarias
Autor – Roald Dahl
Páginas – 232
Precio – 8.90 euros
Editorial – Anagrama
Lugar y año de publicación – Barcelona, 1990
ISBN – 9788433920232
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