Estamos en Íthaca, una pequeña ciudad en el estado de Nueva York, cerca de la frontera con Canadá. La Segunda Guerra Mundial vive su última fase en Europa, pero alcanza a trastocar la tranquilidad de la vida de la región en forma de malas noticias que llegan por medio de telegramas, que el protagonista de la novela, Homer Macaulay, un muchacho de catorce años, se encarga de repartir entre sus vecinos.
Homer, segundo hijo de una familia humilde y trabajadora, cuyo cabeza de familia ha fallecido hace pocos años, acaba de conseguir el trabajo con el que espera poder ayudar a su madre y hermanos; sin embargo, su alegría y orgullo por poder ejercer de hombre de la casa se ve desafiada muy pronto debido al carácter difícil del mismo. Homer madura en una tarde, y a partir de ese momento todo tendrá nueva forma a sus ojos. Ésa es la premisa (en parte autobiográfica) con la que Saroyan teje esta preciosa novela.
Creo que tan sólo la situación con la que parte el libro ya de por sí incita a su lectura. Uno quiere saber sobre todo si el protagonista será todo lo valiente que su profesión requiere en tiempos de guerra, qué papel jugará su corta edad, qué transformación, inevitable por otra parte, tendrá lugar en su alma.
Saroyan nos va racionando toda esta información a través de un relato que a veces roza lo infantil de tanta inocencia y sencillez que rezuma. El corazón del mismo lo forman Homer, su hermano Ulysses y los jefes de Homer en la oficina de telégrafos, el señor Spangler y el señor Grogan. El resto de personajes (la señora Macaulay, Lionel, Marcus, Mary o Toby), aunque menos importantes, son relevantes por sus conexiones con ellos y terminan de poner el broche al conjunto de la narración. Pensaba mientras leía que casi todos ellos parecen ser almas transparentes.
De Homer destaca su nobleza, su liderazgo, su carácter trabajador, honrado y justo. Subrayo la caracterización de alguien cuyo ser se encuentra en transición, en medio de dos formas de ver el mundo, sintiendo el vacío del sinsentido bajo sus pies. Su hermano pequeño. Ulysses, en cambio, representa a los débiles, la limpidez e inocencia de la infancia («limpios de corazón»), e inspira deseos de protección ante un mundo que, aunque lejano a Íthaca, extiende sus brazos amenazante. También me encanta que la historia esté llena de buenas personas, del tipo de las que a menudo pasan desapercibidas y sin embargo tanto aportan, y que en momentos clave enseñan el camino correcto a los demás, con serenidad y sin colgarse medallas. Ejemplo de ello son, en primer lugar, Grogan y Spangler, cuya experiencia vital no puede contrarrestar o aliviar la inquietud y el miedo adolescentes de Homer, lo que le ocurre también a su madre, la señora Macaulay. Especialmente poderosa es una conversación llena de confianza y abandono entre madre e hijo, cuando Homer no sabe expresar la perplejidad que siente dentro por el dolor que ha provocado la entrega de un telegrama. También el episodio del atraco de la oficina de telégrafos merece dos o tres relecturas. Y tantas otras escenas que inventa Saroyan, que dosifica bien los tiempos, sin que decaiga nunca el ritmo, mientras vemos vivir a todos los personajes que forman el fantástico reparto de La comedia humana.
Eso es todo lo que me llevo de haber leído este libro doloroso, sereno, lleno de una extraña belleza y de una valiosa filosofía de vida. La comedia humana es un libro casi diría que espiritual, profundamente humano, sembrado de paz, que hace bien a pesar del dolor que contiene, y que procura ofrecer una respuesta vital a la falta de sentido con el que a veces nos topamos. A este respecto, me quedo con un pequeño párrafo:
«La vida en Ithaca -y de la gente de todo el mundo, en realidad- seguía una dinámica que al principio parecía absurda y tal vez incluso delirante, pero a medida que los días y las noches se iban juntando para formar meses y años, se acababa por ver que aquella dinámica tenía cierta semblanza de forma y sentido.»
William Saroyan fue un novelista, poeta, cuentista y dramaturgo norteamericano, aunque brilla sobre todo por su prosa y su teatro. Hijo de inmigrantes armenios, nació en Fresno, California, en 1908. Huérfano de padre muy pronto, junto a sus hermanos es enviado a un orfanato, ya que su madre no puede ocuparse de ellos hasta cinco años más tarde. Trabajó desde muy joven, y uno de esos trabajos fue como empleado precisamente en la Compañía de Telégrafos de San Francisco. Sus primeras obras y artículos contienen memorias de su infancia y juventud, muchas veces encarnados por inmigrantes armenios en EE.UU.. Enviado a la Segunda Guerra Mundial, apenas entró en combate. Desde 1958 residió en París, aunque fallecería en su localidad natal, Fresno en 1981, a los 72 años.
Entre sus obras de teatro destaca The time of your life (1943), con la que conseguiría el premio Pulitzer a la mejor obra dramática del año, aunque Saroyan lo rechazó alegando que el mercado no debería juzgar el arte. Sí aceptó el premio de la Crítica Dramática de Nueva York. De sus obras en prosa destacan Me llamo Aram (1940), La comedia humana (1943) o Las aventuras de Wesley Jackson (1946). Podéis leer más sobre este estupendo autor en esta web.
Y, como siempre, un fragmento:
«No sentía ni amor ni odio sino algo parecido al asco, y al mismo tiempo una gran compasión, no solamente por aquella pobre mujer, sino por todas las cosas y por la forma terrible que tenían de resistir y morir. Se imaginó a la mujer en el pasado, una hermosa joven sentada junto a la cuna de su bebé. Se la imaginó observando aquella asombrosa cosa humana, sin habla e impotente y llena de porvenir. La vio mecer la cuna y la oyó cantar al niño. Mírala, se dijo a sí mismo. De pronto se encontró en su bicicleta, pedaleando a toda prisa por la calle a oscuras, con los ojos llenos de lágrimas y murmurando palabrotas juveniles y descabelladas. Cuando llegó a la oficina de telégrafos ya había dejado de llorar, pero todo lo demás había empezado, y él sabía que no había forma de detenerlo. – De otra forma yo también estaría muerto -dijo, como si lo estuviera escuchando alguien que no tuviera muy buen oído.»
CSDL
DATOS DEL LIBRO
Título – La comedia humana
Autor – William Saroyan
Páginas – 216
Precio – 17 euros
Editorial – El Acantilado
Año y lugar de publicación – 2004, Barcelona
ISBN – 9788496136823
Traducción – Javier Calvo