Una cuerda vieja cuyo final está deshilachado. Sus relatos conservan desde un extremo una forma reconocible, mientras que se van desdibujando al avanzar por sus páginas ofreciendo impresiones, abstracción, frases inconexas, pensamientos de humo. Y eso no es ni bueno ni malo, pero sí es una literatura más profunda y oscura, con una apariencia extraña que no debe ser plato de gusto para algunos lectores.
De entre las obras suyas que he podido disfrutar, esta, su primera recopilación de relatos que viese la luz, tiene una forma desdibujada, borrosa y diferente, pero que conserva un magnetismo que me recuerda a ratos a Salinger en sus Nueve cuentos o en Levantad, carpinteros, la viga del tejado o Seymour, una introducción. Ambos eran contemporáneos y creo recordar que el escritor de origen armenio levantó la novia a Jerome David en una ocasión.
Pero a lo que íbamos, volatilidad. En este libro leemos a un Saroyan que comienza a tomar forma desde lo etéreo a través de los relatos que tan buen resultado alcanzó en posteriores recopilaciones, sin contar sus novelas, llenas de humanidad, belleza y compasión.
Busqué la canción que da título al libro, y resultó ser una canción popular de esas que antes se cantaban en los bares y tabernas. Esta versión de Bruce Springsteen habla de otro tiempo.
William Saroyan fue un novelista, poeta, cuentista y dramaturgo norteamericano, aunque brilló sobre todo por su prosa y su teatro. Hijo de inmigrantes armenios, nació en Fresno en 1908. Huérfano de padre muy pronto y enviado a un orfanato, trabajó desde muy joven. Sus primeras obras (como la que nos ocupa) y artículos contienen memorias de su infancia y juventud, muchas veces encarnados por inmigrantes armenios en EE.UU.. Desde 1958 residió en París, aunque fallecería en su localidad natal en 1981, a los 72 años.
Entre sus obras de teatro destaca The time of your life (1943), con la que conseguiría el premio Pulitzer a la mejor obra dramática del año, aunque Saroyan lo rechazara alegando que el mercado no debería juzgar el arte. Sí aceptó el premio de la Crítica Dramática de Nueva York. De sus obras en prosa destacan La comedia humana (1943) o Las aventuras de Wesley Jackson (1946). Podéis leer más sobre este estupendo autor en esta web.
Os dejo un fragmento:
Pensar que a pesar del frío esta máquina puede seguir produciendo el lenguaje que yo empleo es estupendo. Me anima a no separarme de ella, pase lo que pase. «Si la máquina funciona», me digo, «tú también tienes que funcionar con ella». De eso se trata. Si no puedes escribir un relato decente por culpa del frío, escribe otra cosa. Escribe cualquier cosa. Escribe una carta larga a alguien. Cuéntale lo helado que estás. Para cuando llegue la carta el sol ya habrá salido otra vez y tú volverás a estar caliente, pero la carta seguirá ahí, mencionando el frío. Y si hace tanto frío que ni siquiera puedes crear una pequeña obra en prosa de martes, qué demonios, pon lo primero que se te ocurra, mientras sea verdad. Habla de cómo se te congelan los dedos de los pies, del día en que estuviste a punto de quemar libros para calentarte pero no pudiste hacerlo, o del fonógrafo. Habla de las pequeñas cosas sin importancia en un día de frío, con el cerebro embotado y los pies y las manos helados. Menciona las cosas que querías escribir y no has podido.
CSDL
DATOS DEL LIBRO
Título – El joven audaz sobre el trapecio volante
Autor – William Saroyan
Páginas –240
Precio – 12 €
Editorial – Acantilado
Traductor – J. Martín Lloret
Lugar y año de publicación –
ISBN – 978-84-96136-81-6