
¿Qué mejor manera de comenzar el año que con una reseña que atraiga tanto a lectores como no lectores hacia una novela capital en las letras hispanas de la última mitad del siglo? Me alejo otra vez de mi campo específico, el de la reseña poética, para proponeros un libro que saciará la sed de aquellos que se enamoraron viendo Gambito de dama y que deseen conocer la obra de uno de nuestros mejores y más transgresores escritores: Fernando Arrabal
Y es que, ¿quién no se ha quedado con ganas de más al haber acabado de ver la serie? ¿Y qué aficionado a la lectura o al noble arte del ajedrez no se habrá interesado por la novela en la que está basada? Yo también quiero leer el libro homónimo de Tevis Walter, pero mientras escribía mi carta a los Reyes Magos (porque el Apalpador aquí, en mi tierra, no se ha apiadado de mí), me acordé de que nuestra literatura tiene su propio Gambito de dama.
Se trata de La torre herida por el rayo, libro escrito en el año 1983 por el trascendente sátrapa Fernando Arrabal y con el cual conquistó el premio Nadal de ese mismo año. Arrabal es nuestro más reconocido dramaturgo internacionalmente, además de ser poeta, artista plástico y miembro del Ilustre Colegio de Patafísica. Junto con Alejandro Jodorowski y Roland Topor fundó el movimiento Pánico y hasta el día de hoy es reconocido casi unívocamente en su tierra natal, vuestra España, por el genial incidente del milenarismo en la televisión española.
En esta novela, que dura lo que se extiende una partida de ajedrez, Arrabal enfrenta a Elías Tarsis y Marc Amary en una batalla intelectual que abarca las sesenta y cuatro casillas en las que se subdivide el mundo. Es la gran final del campeonato internacional de ajedrez. En los silencios que se extienden entre jugada y jugada, Arrabal aprovecha para contarnos la historia de estas dos grandes maestros y nos explica la razón del odio irracional que se profesan. Si queremos mantener los paralelismos con Gambito de dama, Elías Tarsis es quien más se parece a Beth Harmon, salvando las distancias. Es un niño prodigio que pierde pronto a sus padres y cuya complicada infancia da pie una personalidad claramente desequilibrada. Frente a su genio húmedo y caótico se erige Marc Amary, comunista practicante, científico teórico y con un carácter frío y particularmente alienado.
No quiero destripar nada más de los personajes, la complejidad de sus caracteres merece ser descubierta poco a poco a través de la lectura de la novela. Baste decir que encarnan a la perfección los dos arquetipos más famosos del gran maestro ajedrecístico y que su antagonismo funciona tan perfectamente precisamente por esta razón. Quizás sea esto lo que más me gustó de la novela. Mientras que tras ver Gambito de dama me quedé con ganas de conocer más a la protagonista (o, al menos, con la sensación de que toda la historia personal de Beth se deja completamente de lado una vez el ajedrez entra en juego), en La torre herida por el rayo lo que sucede dentro y fuera del tablero tiene relevancia y se retroalimenta y, al modo de una partida, todo se va revelando y escalando poco a poco hasta el éxtasis final, en el que cae el rey, y todas las piezas encajan.
Por supuesto, esta no es una novela perfecta. Fernando Arrabal tiene sus filias, incluyendo entre ellas la aparente universal obsesión española por todo lo sexual. Además, el estilo narrativo de su autor obstaculiza por momentos su lectura. En todo caso, es una novela muy amena e iluminadora. Hay algo que todo el oficio de los escritores “profesionales” actuales no puede suplir, y eso es el genio. Arrabal es de los pocos grandes escritores que quedan vivos en España; un hombre cuya inteligencia y cuyo mundo interior dan pie a una obra que trascenderá los límites de nuestra generación. Así como nadie se acordará de Carlos Ruíz Zafón dentro de cien años, puesto que a pesar de contar bien sus historias no han aportado nada a la consciencia del hombre contemporáneo, la obra e influencia de Arrabal serán estudiadas durante generaciones y tenidas en cuenta como uno de los últimos coletazos de esa intelectualidad surrealista que amenazó con la Revolución Pánica en las últimas décadas del milenio humanístico, el segundo milenio.
Vale la pena leer La torre herida por el rayo. Es el punto de entrada perfecto a la obra de Fernando Arrabal y, con el mono que nos dejó las aventuras y desventuras de Beth Harmon en Netflix, resulta un sustituto perfecto. A no ser, claro está, que prefieran sacar tablero y piezas y jugar unas partidas. Un servidor se ofrece y Nacho Gutiérrez del Café Cultural Remix es un gran maestro.
Miguel Barba
Datos del libro
Título: La torre herida por el rayo
Autora: Fernando Arrabal
ISBN: 978-84-15509-01-1
Editorial: Automática editorial
Idioma: castellano
Páginas: 278
Fecha Edición: febrero 2012
Precio: 17€