Quien cuente con la espiga y la mañana
que venga
que venga
que venga
Del poema Ministerio de agricultura y defensa (p.66)
Que aun sigue habiendo batallas que deben ser luchadas; que el poeta, lejos de ser una persona acomodaticia, ha de salir al mundo para hundir sus pies en el barro, sembrar con sus manos el trigo nuevo, ungir con su sudor la tierra enjuta, ser testigo y mártir de su tiempo; ya que no hay otra victoria posible en un mundo que se alimenta de nuestra propia vida. La obra de Enrique Falcón es muestra y ejemplo de todo esto: una poesía comprometida con la humanidad y sus luchas: frente a “los poetas honestos de todo el país / (que) brotan de las cuevas con los párpados mudos / para luego calmarse con trescientos espejos”, frente a ese silencio poblado de sirenas e islas diminutas donde no cabe ni un hombre, ni un alma, ni mucho menos un horizonte compartido.
Enrique Falcón nos apela directamente con una poesía fieramente humana en la que cabemos todos. Una poesía que clama contra la injusticia y exige la dignidad que mujeres y hombres merecen, en una época (y una parte del mundo) en la que parece que nos empezamos a olvidar que no todo está bien y que el sistema en el que vivimos puede llenarnos la vida de comodidades, pero nos la vacía de humanidad. Contra la mecanización de nuestros espíritus, contra la rueda infernal de este tiempo, la poesía de Enrique Falcón: espiga y mañana.
Perdón si en esta reseña el libro parece más una excusa para hablar de su autor que una explicación de lo que hay entre sus páginas. Tengo dos buenas razones para ello: la primera es que esta antología resume diez años y una buena cantidad de libros en los que Enrique Falcón desarrolla una poesía particularmente ancha y profunda. La segunda es que a esta reseña le sucederá otra del mismo autor, de su libro La marcha de 150.000.000, obra capital de la poesía de este milenio, en la que nos detendremos con mayor atención en sus versos, algunos de los cuales se incluyen en la presente antología:
Porque nada sé de ti
que no sea el paso de los bueyes por el rostro
no
de ti porque frente eres
alta de piedra y cordillera en lucha
empinándote con venas sobre todas estas marchas
gimiendo tú de fugas y estaciones secas en la cárcel
Del poema Si por tí (I) (p. 41)
Y es que esta antología sirve como una introducción perfecta a la obra de este poeta, rica en intertextualidades, cuya complejidad desafía el espacio de un libro. En ella el mismo autor recoge y ordena 32 poemas publicados entre 1998 y 2008, así como un ensayo en el que explica las claves de su creación poética.
La poesía de Enrique Falcón mezcla el lirismo de Federico García Lorca con la urgencia poética de la mejor poesía social (como la que encontramos en el libro Belleza cruel, del cual publicamos hace un tiempo una reseña) en un estilo que desafía y trasciende la etiqueta de “social”. El propio poeta lo advierte cuando explica en Cuatro tesis para Mayo que “no acabo de entender qué poesía no es de verdad “social”, independientemente del proceso de politización con que quiera recibirse”. La referencia a García Lorca no es gratuita puesto que, al menos, el presente lector siente su rumor por entre la fuerza de las imágenes y la gracilidad de su lenguaje; un lenguaje único y maravilloso que nos invita a despertar al mundo como es más allá de los límites de nuestra experiencia y a comprometernos con aquellos que no comparten nuestra suerte.
Por detrás del precipicio,
Del poema Todos Vosotros (p. 65)
clarea urgente el canto de la espiga
desde el suelo que sois todos vosotros
Miguel Barba
Datos del libro
Título: Para un tiempo herido (antología poética 1998-2008)
Autor: Enrique Falcón
Páginas: 98
Editorial: Amargord ediciones
Idioma: castellano
Precio: 10’00€
Fecha Edición: 2008
ISBN: 978-84-87302-77-0